Los enfrentamientos continúan en Sudán a pesar de una extensión de la tregua entre el ejército y los paramilitares de las FSR (Rapid Support Forces).
Poco antes de la expiración a medianoche de un alto el fuego de tres días que casi nunca fue respetado por los dos bandos, el ejército del general Abdel Fattah al-Burhane y las Rapid Support Forces (RSF) del general Mohamed Hamdane Daglo, conocido como “Hemedti” , anunció que habían aprobado una extensión de la tregua por 72 horas.
En un comunicado conjunto emitido en Washington, los miembros del “Quad” sobre Sudán (Arabia Saudita, Emiratos, Reino Unido y Estados Unidos), así como la Unión Africana y Naciones Unidas, consideraron “bienvenida” esta prórroga. del alto el fuego y pidió “su plena aplicación” y un “acceso humanitario sin trabas”.
Desde el inicio del conflicto el 15 de abril, la capital, Jartum, fue bombardeada diariamente por aviones del ejército y artillería pesada paramilitar. Otros pueblos se han visto afectados por los combates, particularmente en la región de Darfur (oeste) en la frontera con Chad.
Unos 50.000 niños “que padecen desnutrición aguda” se ven privados de ayuda alimentaria en Darfur, advierte la ONU, que suspendió sus actividades allí tras la muerte de cinco trabajadores humanitarios al inicio de los combates.
Varias decenas de miles de personas han llegado a los países vecinos, en particular Etiopía en el este y Egipto en el norte donde, según las autoridades egipcias, han llegado más de 16.000, incluidos más de 14.000 sudaneses y 2.000 nacionales de otros países. Un total de 270.000 personas podrían huir a Chad y Sudán del Sur, según la ONU.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 459 personas han muerto y más de 4.000 han resultado heridas hasta el momento en el conflicto sudanés.